miércoles, 1 de febrero de 2012

El Diseño Curricular

Durante un pequeño periodo de estos cuatro intensos meses de clases, en Didáctica hemos aprendido como cómo realizar un diseño curricular.

Como bien sabemos el trabajo social se encuentra con la necesidad de elaborar proyectos con el fin de mejorar la realidad, pero ¿qué es un proyecto?, pues bien un proyecto es un avance anticipado de las acciones a realizar para poder conseguir nos objetivos. Tiene como misión prever, orientar y preparar bien lo que se va a hacer mientras se realiza el mismo, para ello se llevan a cabo diferentes pautas entre las que destacan describir lo que se quiere hacer, adaptación del proyecto del entorno y las personas que la realizan,  datos y obtención sobre éste, tener recursos mínimos para su aplicación y la temporalización precisa para el desarrollo.

Además una vez que tenemos claro en qué consiste verdaderamente un proyecto, para poder realizarlo también se dividen y distinguen diferentes fases.

En primer lugar encontramos la fase previa o de diagnóstico en la que se produce un reconocimiento de la situación examinando para ello a las personas, los objetos de estudio…En toda fase de diagnóstico se tiene que contemplar las necesidades, el establecimiento de prioridades, las causas que han originado el problema en el que nos vamos a centrar, etc. Digamos que en esta fase lo que el educador/a tiene que intentar es ser competente a lo hora de analizar los distintos problemas que se presentan, la situación a la que se va a centrar, conocer muy bien el colectivo con el que va a tratar, porqué se están produciendo esos problemas, sin olvidar que éste también entenderá que el aprendizaje  depende de lo que a persona haga, así como de los procesos y estrategias que utilizará.
Ser creativo también es muy importante a lo hora de diseñar proyectos curriculares, pues siempre se intentará dejar volar la imaginación en busca de soluciones (utopía), y establecer prioridades para orientar nuestros esfuerzos a las necesidades.

La siguiente fase es la fase de planificación o elaboración del diseño curricular, que es la que una vez que tenemos conciencia del diagnóstico del proyecto, el siguiente paso es planificarlo. Planificar consiste en buscar, anticiparse o prever lo que va a desarrollarse y aplicarse en un futuro, en este caso, el proyecto social que vamos a elaborar.
Se podría decir que en esta fase tendríamos que buscar las diferentes soluciones a los objetivos en los que hemos decidido centrarnos y hacernos preguntas tales como: ¿Qué debe hacerse?; o ¿quién lo hará? , para así ver lo que se pretende conseguir después de haber averiguado lo que se necesita.
No obstante para averiguar estos objetivos hay que ser realistas, manejables (depender de quien los establece), evaluables, tener plazos de tiempo, coherencia y formularse en términos del beneficiario del aprendizaje (no pueden establecerse en función de las acciones que vamos a desarrollar).
Claro que, todo lo que hemos comentado anteriormente queda muy bien escrito de forma teórica: diagnóstico, planificación, objetivos… pero, ¿y qué hay de los contenidos?, si no sabemos ni entendemos nada acerca de los contenidos, jamás entenderemos cómo diseñar un proyecto curricular, por mucho que nos expliquen mil veces lo demás. Como ya sabemos los contenidos son los conocimientos que se ofrecen al grupo para lograr los objetivos. Antes de dar esta asignatura, para mí los contenidos de algo eran siempre lo mismo, un conjunto de ideas o conocimientos, pero en general, lo mismo, aunque la forma de cada uno fuera distinta, en cambio he podido apreciar cómo podemos encontrar diferentes tipos de contenidos:

•    Contenidos conceptuales: recogen principios y hechos conceptuales, es decir, relaciones de atributos, coordinación…
•    Contenidos procedimentales: contienen procedimientos y estrategias de enseñanza, como resolver derivadas en una clase de matemáticas.
•    Contenidos actitudinales, que señalan valores y actitudes; por ejemplo aprender a respetar a los demás.

De este modo una vez que conocemos los distintos tipos de contenidos que existen, podemos diferenciar el nuestro en concreto o simplemente ceñirnos a uno.
Pero no basta con saber los tipos de contenidos, también hay que saber seleccionar éstos mismos según los tipos de necesidades detectadas y las competencias a desarrollar.

Con respecto a la metodología, nos sirve a la hora de detectar las formas con las que vamos a llevar a cabo nuestra intervención (¿qué enseñar?, ¿cuáles son nuestras necesidades educativas?). Gracias a la concreción de la metodología que vayamos a utilizar en nuestro proyecto, ya podemos establecer las diferentes actividades didácticas (tarea realizada por el educador, o educando, en la fase de la intervención didáctica). Obviamente encontramos un sin fin de clases de actividades: del educador, del educando, conjuntas… así como diferentes tipos dentro de ésta última.

Una vez que ya tendríamos hecho la mayor parte de nuestro proyecto, ya sólo nos quedaría finalizar con los medios didácticos y recursos educativos, los recursos humanos y la organización del presupuesto.

Los medios didácticos y recursos educativos son todos aquellos que cumplen con la función de instrumento para poder lograr los objetivos y están dirigidos principalmente a los procesos de enseñanza- aprendizaje, por ejemplo: plastilinas de colores para poder enseñar a los niños pequeños a distinguir los colores. Pero como no todos estos instrumentos que utilizamos para educar son realmente didácticos distinguimos entre los medios didácticos (material que facilita el proceso de  enseñanza, como un libro de texto) y recursos educativos (materias que no sólo facilitan el desarrollo de las actividades sino que también tienen una finalidad didáctica).
Para seleccionar los recursos es necesario que tengamos en cuenta los intereses y capacidades de los destinatarios, es decir, los materiales que les motiven más, que les interesen, etc.

Ya en los recursos humanos, comprenden las diferentes personas que se vinculan a la elaboración del programa y el proyecto, como son el caso de profesores, médicos, orientadores, monitores, trabajadores sociales… En cada proyecto deberá de especificarse el número de personas que han intervenido y su responsabilidad en aquello en lo que se hayan centrado.

Finalmente encontramos la organización del presupuesto, factor muy determinante a la hora de elaborar un proyecto puesto que tenemos que calcular los niveles económicos que podemos utilizar a la hora de obtener los recursos materiales (infraestructura, los propios materiales…) los honorarios profesionales (si se hace con una organización determinada, especificar si el personal es interno o externo) y el resto de gastos como  las facturas de agua, luz, la gestión o los desplazamientos.

Como conclusión me gustaría añadir, que no ha sido nada fácil determinar cada una de las fases en las que está dividido un diseño curricular, así como los diferentes pasos y factores que intervienen en él. Ahora si puedo decir con certeza el verdadero esfuerzo que supondría llevar a cabo la elaboración de un proyecto curricular.

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